Juanma Cáliz.- Que en los tiempos que corren a más de uno y de dos le cuesta llegar a fin de mes, es una realidad que lamentablemente atraviesa el país de norte a sur y de este a oeste. Es como si la cuesta de enero durara ya varios años. Los que dura la crisis, para que nos vamos a engañar. Pero, … ¿Y si a este problema común a todos le añadimos el de aquellas personas que encima son celíacas? Pues que la cuesta de enero entra en un bucle. Y es exactamente eso lo que le ocurre a este grupo poblacional que va en aumento, tal y como ha puesto de manifiesto un estudio de la Asociación Provincial de Amas de Casa y Consumidores Tyrius de Valencia.

En concreto, TYRIUS ha elaborado un estudio comparativo de 25 productos presentes en la cesta de la compra de cualquier persona consumidora y de un celiaco. De éste trabajo se desprende que resulta un 127% más caro comprar los mismos alimentos para un celíaco. Según el mismo, los productos en los que mayor diferencia de precio podemos encontrar entre los específicos para celiacos y los que pueda consumir una persona sin este tipo de intolerancia, se corresponde con las harinas y la pasta. Por ejemplo, al adquirir un kilo de espaguetis para celiacos estaremos pagando 5 veces más, que si compramos un kilo de espaguetis de marca. Lo mismo sucede con los fideos para celiacos, que resultan cinco veces más caros que los fabricados con sémola de trigo. El precio de las bases de pizza también es sensiblemente mayor, pues las sin gluten cuestan 4 veces más.

La bollería y las galletas, productos alimenticios asociados a los desayunos y meriendas, también son más caros para celiacos, ya que tienen que utilizar harinas distintas a las de trigo. Así pues, comprar un paquete de galletas María sin gluten resulta casi cuatro veces más caro, que las tradicionales. Lo mismo ocurre en el caso de las magdalenas, que pueden resultar tres o cuatro veces más costosas que las podamos adquirir en un supermercado. En el caso de los cereales para celiacos, el precio por kilo suele ser entre dos y tres veces más caro, respecto a la misma variedad. El precio de las pastillas de chocolate y de las golosinas también se duplica cuando no contienen gluten. El pan es otro de los alimentos dónde más se aprecia las diferencias de precio, ya que el coste de una barra de pan se multiplica por tres. Lo mismo ocurre en el caso del pan de molde para celiacos que resulta tres veces más caro que uno convencional. Sin embargo, los snacks y los productos de pastelería dulce o salada, las diferencias de precio son mucho más pequeñas.